Blockchain, todavía sin respuestas

En modo hype, esta tecnología tiene pendiente demostrar su utilidad

Enero 2018

En Fiturtech 2018 Alex Preukschat (Blockchain España) y Sara Pavan (Amadeus) debaten acerca de las oportunidades de Blockchain en la industria del turismo, moderados por Juan Daniel Núñez (SmartTravelNews).

Yo simplifico las oportunidades de blockchain en tres grupos: (1) gestión de transacciones de forma anónima, (2) mejora de eficiencia en procesos internos o colaborativos, y (3) transformación de modelos de negocio gracias a la desintermediación.

  1. Opacidad

Tras salir de la excelente presentación que realizaron Alex y Sara, parece que solo el ámbito de la opacidad es verdaderamente maduro. El máximo exponente es Bitcoin, la moneda virtual que enamora por igual a románticos, especuladores y defraudadores de medio mundo.

Esta atractiva cualidad del Bitcoin está empañada por varios problemas, por ejemplo que no es eficiente, ni seguro, ni genera confianza (explico al final en Nota 1).

2. Eficiencia

En el ámbito de la eficiencia de procesos, en teoría, un blockchain puede aumentar la seguridad y reducir el coste de transacciones en las que se comunican varios agentes. ¿Cómo?: logrando que todos utilicen siempre los mismos datos y reduciendo los errores y el coste generado por la ‘no calidad’ de la información (ejemplo al final en Nota 2).

Por cierto, muchas compañías prefieren hablar de Distributed Ledger Technology (DLT), para evitar la mancha de reputación del Bitcoin. De hecho no tiene por qué haber divisas virtuales involucradas, y muchos sistemas son privados.

Aquí la tecnología está todavía en modo ‘demo’. Amadeus presenta cuatro líneas de trabajo prospectivas: gestión de programas de fidelización, mejora del tracking de equipajes, simplificación de liquidación de operaciones entre operadores, y mejora de la gestión de la identidad de los turistas. Estas ideas se pueden encontrar en el documento de Amadeus: Blockchain: harnessing its potential in travel. Sin embargo, por el momento no están implantadas, entre otras cosas por el enorme esfuerzo de coordinación de los agentes involucrados para poner en marcha nuevos sistemas. Por otro lado, con ese grado de coordinación quizás se podrían resolver los problemas ahora mismo.

3. Desintermediación

Tampoco arranca blockchain como negocio. Las empresas que están captando fondos a toda velocidad aseguran que hay una enorme oportunidad, fundamentalmente eliminando el papel de los administradores de plataformas de intermediación y pagos, y capturando su cuota de mercado gracias a una fuerte bajada (o supresión) del precio de las transacciones.

En el punto de mira están distribuidores como el propio Amadeus, o cualquiera que se dedique a intermediar, como Booking. Por ejemplo: el blockchain de plazas hoteleras que promociona Winding Tree tendría un coste mínimo para los hoteleros, que se ahorrarían la comisión del +/-15% que les cobra la OTA. Estas empresas son muy ambiciosas; en este caso incluso han introducido una nueva palabra en el idioma español (“inFebación”).

Hay otros muchos ejemplos de proyectos que afrontan problemas que sería posible resolver con sencillos servicios web, pero la clave es la supresión del administrador.

…. Quizás por eso no despegan.

Los distribuidores o intermediarios añaden valor de muchas formas. Tal como decía Sara Pavan, es el clásico debate cliente-distribuidor: la tentación de llegar de forma directa al mercado, reduciendo comisiones, para descubrir después que el coste del esfuerzo ha sido mayor, con menor ‘reach’, y peor oferta complementaria. Y la conveniencia, por otro lado, de disponer de un administrador precisamente para confiar en el sistema. Al fin y al cabo los bancos nacieron como mecanismo de confianza entre comerciantes, que se fiaban de su banquero genovés o flamenco para intercambiar mercancías por papelitos.

Como señala Alex Preukschat, la tecnología está en modo ‘hype’ y tendremos que esperar un poco más para descubrir las extraordinarias aplicaciones reales, en el ámbito de la eficacia y del negocio, del blockchain.

Por el momento, parece más prudente hacer pruebas, aprender, y utilizar el término blockchain como instrumento de marketing.

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Nota 1: problemas del Bitcoin y otras criptomonedas:

  • La oscilación de valor de la criptomoneda, dotada por su lógica autónoma de una masa monetaria limitada (algo que ha tratado de solucionar el ‘Tether’, con escaso éxito). Esto asusta a (muchos) usuarios que no quieren especular, si bien desafortunados que viven en países como Venezuela o Rusia se fían más de Satoshi Nakamoto que de su banco central.
  • La pésima eficiencia, con una lenta criptografía basada en el ‘músculo’ de los mineros (contradiciendo un mantra de las Bases de Datos, que dice que un dato está en un solo sitio).
  • La seguridad, muy convencional, en la interfase entre los clientes finales y los nodos que gestionan el Bitcoin, con fraudes y errores como en cualquier otro entorno.
  • Y por último, la necesidad de conservar los Bitcoins para mantener el anonimato, sin cambiarlos por divisas normales, como el dólar y el euro, ya que las autoridades fiscales son lentas pero no tontas, y han puesto el ojo en los canales de acceso a las criptomonedas.

Nota 2: un ejemplo de cómo Blockchain/DLT puede aumentar la eficiencia:

En una operación de comercio internacional una empresa completa un pedido de 20 bobinas de acero en su sistema informático o ERP propio. Envía este pedido a su proveedor que lo recepciona y libera una orden de envío en su propio ERP. Por desgracia el pedido no se puede servir completo. Se incluyen solo 19 bobinas de acero en un contenedor y además 2 bobinas son de un producto reclasificado, de diferente calidad. Por cualquier motivo esta información no llega al cliente o el cliente no se la hace llegar a su transportista, su agente de aduanas, o a la empresa de verificación de calidad. Estas tres últimas empresas tienen su propio ERP, por cierto, así que tenemos 5 bases de datos diferentes manejando un mismo contenedor. Cuando se abre el contenedor en destino comienza un furioso intercambio de llamadas y e-mails. En altos rascacielos de medio mundo la jornada se alarga y las luces se mantienen encendidas para tratar de conciliar la información de que dispone cada parte. Al final de año llegan los auditores de revenue assurance y descubren que se han cuadrado las conciliaciones deprisa y corriendo, dejando de cobrar unas cuantas bobinas.

Blockchain suprime la conciliación con una misma base de datos replicada en todos los operadores. Contratos inteligentes previamente fijados ordenan pagar el número de bobinas que efectivamente se han embarcado.

No en vano, Barclays anunció en septiembre de 2016 la realización de la primera transacción internacional con blockchain, logrando gestionar un exótico envío de 100.000 dólares de queso y mantequilla desde un proveedor de Irlanda a un cliente en las Seychelles.

El sistema también ofrece seguridad en multitud de transacciones en las que participan varios agentes u objetos, como pueden ser vehículos en conducción autónoma que se comunican entre sí sin un ente administrador, registros de bienes reales en países con una autoridad débil, o identificación de objetos muebles valiosos como diamantes u obras de arte.

 

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