
Un breve artículo para comentar un dato macroeconómico curioso: la inflación ha provocado una bajada del consumo de bienes de primera necesidad, como la comida, y sin embargo seguimos viajando a tope.
Desde el año pasado, debido al trauma del Covid, la inflación y la guerra de Ucrania, la población en casi todo el mundo piensa que estamos en recesión. Es una percepción natural cuando los bienes básicos han subido de precio un 15% o más en todas partes.

Que caiga el consumo durante una crisis es lo normal, bueno, es lo que provoca la mayor parte de las crisis.
En la gran recesión del 2008, el consumo cayó en picado, y siguió esta regla: cuanto más grande, peor. Así, en España se desplomó la venta de viviendas y de coches. Bajó la producción de bienes de consumo duradero casi un -40%, mientras que los bienes de consumo más básicos (o no duraderos) bajaron un -9,4%.

Ahora en el 2023 vamos por el mismo camino, aunque la cifra de consumo de la población española sigue siendo positiva, pero cada vez menos, y ya estamos viendo algunos indicadores clave como la reducción de transacciones inmobiliarias.

En el caso de los productos de alimentación frescos, hay una reducción significativa de su consumo en toda Europa de hasta el -10%, debido al aumento de precios.

Sin embargo, hay un sector feliz, que se mantiene como si no hubiera un mañana, y es el turístico. En este espectacular gráfico de Exceltur podemos ver el increíble contraste entre la confianza de los consumidores españoles y su demanda turística.

De hecho, los datos turísticos son excelentes. El año 2023 ha comenzado muy bien y el verano es prometedor: veremos lo que pasa en los próximos meses.

Podéis ver una explicación de los datos en este vídeo de Luis Cubría.